Vender por internet era el paraíso de las compras no solo para los amantes de lo vintage y los cazatesoros (mejor digamos cazachollos) sino también para todos aquellos que querían sobrevivir a esta crisis eterna sin perder el estilo o la cordura.
Ebay, Wallapop, Milanuncios, Chicfy… la solución ideal para deshacerse de ese modelito que ya no nos convencía, recuperar algo de la inversión realizada y comprar moda y complementos de segunda mano a un precio estupendísimo. Pero… ¿por qué hablamos en pasado? Porque era maravilloso hasta que ha llegado el ministro Cristobal Montoro y ha decidido convertirse en una especie de ángel exterminador de nuestros sueños de vestir a la moda a un precio estupendo recordándonos que el Ministerio de Hacienda grava con un 4% tus ventas en estas plataformas. Ahora solo nos queda decir eso de «nuestro gozo en un pozo».
Si lo tuyo era sacarle todo el partido posible a plataformas como Chicfy, Ebay o Wallapop ve haciéndote a la idea de que Hacienda se tiene que llevar una parte: hasta el 4% de las transacciones que realices. Este impuesto forma parte del Impuesto por Transmisiones Patrimoniales (ITP). Para ser más exactos, entra dentro de la modalidad de Transmisiones Patrimoniales Onerosas.
Por «oneroso» solo nos viene la palabra pesadez. Y es que ya no se trata solo de tener que pagar impuestos. Además hay que rellenar el Modelo 600, lo que no suena precisamente divertido, sobre todo si no eres muy fan de la burocracia y de que un proceso que hasta el momento era la mar de sencillo gracias a las nuevas plataformas de venta online se complique mucho más.
Y es que esta medida equipara este tipo de transacciones a las que se efectuan a la hora de vender objetos de coleccionista o arte. Así que prepárate para guardar un montón de papeles y documentos que certifiquen que ese objeto es de tu propiedad, así como facturas, capturas de pantalla del acuerdo y cualquier tipo de información relacionada con el proceso.
Aunque controlar este tipo de transacciones era difícil de conocer por Hacienda cuando eran físicas, esas mismas plataformas que nos han hecho la vida más fácil sí que permiten registrarlas y llevar un control de las mismas.
Está claro: vender productos por internet, incluso los de segunda mano, es y siempre ha sido una actividad económica que como tal está sujeta a unos impuestos. Y si antes no era tan fácil controlarlo, a partir de ahora Hacienda va a estar ojo avizor a tus perfiles en estas plataformas y a lo que haces con ellos. Y no, no precisamente porque se haya enamorado de ese vestido de fiesta que tienes a un precio que enamora. Aunque, claro, hay que tener mucho, pero que mucho tiempo libre para vigilar todo este tipo de transacciones.