La sociedad actual se encuentra cada vez más sensibilizada con el problema de la contaminación del medio ambiente y el calentamiento global. Cada vez damos más valor a a los programas políticos que contemplan medidas para el respeto del entorno y comenzamos a tolerar y comprender los planes anticontaminación y programas de movildad que promueven el transporte sostenible.

Sin embargo, la verdadera lucha a favor del medioambiente comienza en nosotros mismos. No estamos hablando de apostar por el coche eléctrico (algo que hacemos aquí casi a diario), sino de empezar por lo más personal y privado de cada uno de nosotros: nuestro hogar. Ya hablamos de otras alternativas más sostenibles a la calefacción tradicional, de cómo preparar la casa para que fuera más eficiente o cómo comprar electrodomésticos que bajen nuestra factura eléctrica. Hoy traemos una tecnología muy relacionada con el término de smart home que no para de desarrollarse: la domótica

¿Qué es la domótica por qué es necesaria?

El consumo energético doméstico es uno de los puntos clave en los que inciden los expertos a la hora de buscar la sostenibilidad de las ciudades. Según la OCU y el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDEA), los hogares españoles suponen el 20% de la energía que se consume en nuestro país. El gasto medio por habitante es de casi mil euros, y aspectos como la calefacción o (atención) el stand-by de nuestros aparatos suponen un auténtico despilfarro en energía. Destacar que esta  tendencia es creciente, porque con el envejecimiento de la población, el aumento del desempleo y fenómenos como el teletrabajo o la enseñanza online, cada vez pasamos más tiempo en casa.

Pero gracias a la introducción de las nuevas tecnologías en nuestros hogares, se ha ido desarrollando lo que conocemos como domótica, la automatización de funciones domésticas. Aunque la domótica tiene múltiples aplicaciones (seguridad, comunicación, bienestar…), el aspecto que más se está poniendo en valor actualmente es como forma de mejorar la eficiencia energética en nuestro hogar, y reducir nuestro consumo de luz, gas y agua.

Con la llegada de internet y los nuevos hitos en el campo de la conectividad, hemos conocido lo que llaman el Internet de las Cosas, que cobra un gran sentido en nuestro hogar al poder conectar los elementos domésticos y manejarlos a través de nuestro teléfono móvil. Es sólo el principio; la domótica está llamada a convertirse en un elemento indispensable de la casa del futuro.

Cómo ayuda la domótica a ahorrar en casa

Controla la calefacción

Como decíamos más arriba, la calefacción es el mayor derroche energético que se produce en nuestro hogar. De hecho, supone el 60% del consumo de energía de una vivienda española media.

La domótica más primitiva nos trajo sistemas de encendido y apagado automático de la calefacción, que podíamos programar a una determinada hora para que se activasen justo antes de volver a casa. Hoy contamos con aplicaciones móviles que nos permiten encenderlo directamente con nuestro teléfono, lo que lo hace aún más eficientes.

Pero salto cualitativo lo encontramos en los sistemas que tratan de prevenir nuestros propios descuidos, que al final son los mayores causantes de nuestro derroche. Así, podemos programar el apagado de la calefacción cuando dejemos abierta una puerta o una ventana, o que se apaguen en aquellas estancias que se queden vacías. Hasta que no se popularicen otras formas alternativas de climatizar nuestra casa, estos sistemas domóticos se vuelven indispensables para mantener el equilibrio en el hogar.

Automatiza la iluminación

Ya lo vemos en muchos edificios de oficinas y comercios que comienzan a ser inteligentes. Luces con sensores de movimiento que se encienden ante la presencia de usuarios y se apagan automáticamente pasados unos segundos. Un paso más allá son los sistemas son sensores de iluminación ambiental, habituales en oficinas, que se encienden y apagan en función de si la luz natural es suficiente para el desarrollo de las actividades.

En el campo del hogar pueden verse ya sistemas de apagado automático. Con ellos, todas las luces de la vivienda se desactivan al salir todos los usuarios de ella, asegurándose de que no queda ninguna lámpara encendida. La tendencia a futuro es que, combinando todos estos sistemas, los interruptores vayan desapareciendo de nuestras paredes.

Raciona el agua

Otro de los recursos que derrochamos en nuestro hogar es el agua. En concreto, en España malgastamos la escalofriante cifra de 130 litros diarios por habitante. Muchos de estos litros son causa de un consumo poco responsable (baños demasiado largos, cisternas que se usan con demasiada frecuencia, etc).

Todos conocemos los grifos automáticos de los centros comerciales, que se abren al poner las manos. Es una de las formas más básicas pero efectivas de domótica, pero aún muy difícil de ver en los hogares. Sin embargo, los grifos inteligentes están llamados a formar parte de nuestro día a día, pues pueden suponer un gran ahorro de agua.

Así, ya podemos encontrar grifos con pantallas táctiles y termostatos, que permiten regular casi al milímetro el caudal y la temperatura de agua.

Detecta las fugas

Los descuidos y averías en grifos, sanitarios, electrodomésticos o tuberías son también una gran fuente de derroche de agua. Por eso, cada vez son más frecuentes los sensores de humedad que detectan posibles fugas.

Los más sencillos, colocados en puntos estratégicos como el baño o el cuarto de la lavadora, se limitan a avisarnos de la fuga para que podamos repararlo. Otros más sofisticados se instalan en las tomas de agua y permiten además cerrar el flujo en caso de avería, o controlarlo desde nuestro propio móvil.

En este caso no sólo conseguiremos un uso más eficiente del agua, sino también evitar inundaciones o daños causados por la humedad.

Te aisla del frío y del calor

La función original de cortinas y persianas es asegurar la privacidad del interior del hogar e impedir la entrada de luz natural. Sin embargo, también son importantes elementos aislantes del calor y el frío, tanto hacia dentro como hacia fuera.

Con la llegada de la domótica, ahora se pueden automatizar cortinas y persianas en función de la temperatura interior y exterior. De tal manera que, en invierno por ejemplo, se abran durante el día para aprovechar el calor del sol, y se cierren al llegar la noche para aislar el hogar del exterior.

Centraliza la gestión de tu hogar

Lo mejor de la domótica es la posibilidad de centralizar en un único gestor todas las funciones automáticas del hogar. Cada vez son más frecuentes los dispositivos que permiten realizar esta gestión, con información sobre los distintos consumos y la posibilidad de programar alertas cuando se superen los niveles óptimos.

Por supuesto, también son cada vez más frecuentes las aplicaciones para teléfono móvil que permiten llevar esta gestión desde cualquier lugar. Así, además de poder acceder a la información en todo momento, puedes usarlo para encender o apagar cualquier aparato desde cualquier lugar, para tener la calefacción encendida al llegar a casa o para apagar el televisor si te lo has dejado encendido.